I.












El silencio a veces se me viene encima,
se me van las palabras,

y entonces, como un carpintero sin madera,

pido un pequeño plazo para acabar la mesa

y mientras recibo la madera

sueño que ya está terminada

con todas sus cuatro patas

y sus setenta centímetros de altura,

amplia, sencilla, sólida y pulida,

buena para comer y para trabajar

y para hablar las horas y las horas.

Nicolás Suescún
¿como se dice sin

decir?
II.
















El silencio que queda entre dos palabras

no es el mismo silencio que envuelve una cabeza cuando cae,

ni tampoco el que estampa la presencia del árbol

cuando se apaga el incendio vespertino del viento.

Así como cada voz tiene un timbre y una altura,

cada silencio tiene un registro y una profundidad.

El silencio de un hombre es distinto del silencio de otro

y no es lo mismo callar un nombre que callar otro nombre.

Existe un alfabeto del silencio,

pero no nos han enseñado a deletrearlo.

Sin embargo, la lectura del silencio es la única durable,

tal vez más que el lector.

Roberto Juarroz
no
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia
si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?
en esta noche en este mundo
extraordinario silencio el de esta noche
lo que pasa con el alma es que no se ve
lo que pasa con la mente es que no se ve
lo que pasa con el espíritu es que no se ve

¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
ninguna palabra es visible

Alejandra Pizarnik